De tanto dir y venir...

Camino Traqueau - Florencio Molina Campos


De tanto dir y venir
abrí mi huella en el campo.
Para el que después anduvo
ya fue camino liviano.
En infinitos andares
fui la gramilla pisando.
Raspé mí poncho en los talas.
Me hirieron pinchos de cardo.
Las huellas no se hacen solas
ni con sólo el ir pisando.
Hay que rondar madrugadas
maduras en sueño y llanto.
Viento de injustas arenas
fueron mi huella tapando.
Lo que antes fue clara senda
se enyenó de espina y barro.
Parece que no hubo nada
si se mira sin mirarlo.
Todo es malezal confuso,
pero mi huella está abajo.
Desparejo es el camino.
Hoy ando senderos ásperos.
Piso la espina que hiere,
pero mi huella está abajo,
Tal vez un día la limpien
los que sueñan caminando.
Yo les daré, desde lejos
mi corazón de regalo.

Atahualpa Yupanqui (1908 - 1992)

El desterrado

Operários - Tarsila do Amaral


Qué miseria, Dios mío, oler el humo sucio del burócrata que dice:
Nada.
Y recorrer otra vez los hospitales
para dejar una gota de sangre
como un centavo ya sin números.
Y ensuciar otra vez los dedos
para estampar la huella inmunda
y llamar a los testigosy a los testigos de los testigos
y a los testigos de los testigos de los testigos
y nada.
¡Nada!
Nueve años buscando un número, un perfil confiable,
un dedo no gastado en el verso, una caligrafía austera, una firma redondeada, un perro, una patria, un recuerdo, una voz, una orilla, un préstamo, una sombra, un vaso, un espejo, otro recuerdo,
y nada.
¡Nada!
Nueve años para
ser extranjero en todas partes,
de la manera más extensa, más intensa,
para encogerse de hombros delante de una mosca,
para encontrar lejos todo, hasta el apellido.
En nueve años fundé mi propia patria,
me casé sin ceremonia,
tuve una hija y ningún infarto,
esperé, en plena soberanía, el recuerdo y las enfermedades,
vi caer gobiernos, casas, esperanzas, recuerdos,
dictadores, floreros, aviones, satélites, telarañas,
y nada.
¡Nada!


Jorge Carrasco (1964 - )