Unos setenta chicos de la calle dormían en la puerta de la Iglesia de la Candelaria cuando fueron ametrallados por grupos parapoliciales. Ocho murieron en el acto. De los 62 restantes, 39 fueron asesinados más tarde. La masacre ocurrió el 23 de julio de 1993 y está considerada como uno de los peores crímenes cometidos contra los derechos humanos. La ejecución de meninos da rua sigue siendo un drama habitual en Brasil. “La gente lo aprueba”, dice una asistente social consultada en el documental Onibus 174. En cada aniversario de la tragedia se organizan marchas por el cese de los fusilamientos por parte de la policía. “No a la criminalización de la pobreza”, se lee en los carteles.
Meninos da rua
Unos setenta chicos de la calle dormían en la puerta de la Iglesia de la Candelaria cuando fueron ametrallados por grupos parapoliciales. Ocho murieron en el acto. De los 62 restantes, 39 fueron asesinados más tarde. La masacre ocurrió el 23 de julio de 1993 y está considerada como uno de los peores crímenes cometidos contra los derechos humanos. La ejecución de meninos da rua sigue siendo un drama habitual en Brasil. “La gente lo aprueba”, dice una asistente social consultada en el documental Onibus 174. En cada aniversario de la tragedia se organizan marchas por el cese de los fusilamientos por parte de la policía. “No a la criminalización de la pobreza”, se lee en los carteles.
Sinto Vergonha de Mim
por ter sido educador de parte desse povo,
por ter batalhado sempre pela justiça,
por compactuar com a honestidade,
por primar pela verdade
e por ver este povo já chamado varonil
enveredar pelo caminho da desonra.
Sinto vergonha de mim
por ter feito parte de uma era
que lutou pela democracia,
pela liberdade de ser
e ter que entregar aos meus filhos,
simples e abominavelmente,
a derrota das virtudes pelos vícios,
a ausência da sensatez
no julgamento da verdade,
a negligência com a família,
célula-mater da sociedade,
a demasiada preocupação
com o "eu" feliz a qualquer custo,
buscando a tal "felicidade"
em caminhos eivados de desrespeito
para com o seu próximo.
Tenho vergonha de mim
pela passividade em ouvir,
sem despejar meu verbo,
a tantas desculpas ditadas
pelo orgulho e vaidade,
a tanta falta de humildade
para reconhecer um erro cometido,
a tantos "floreios" para justificar
atos criminosos,
a tanta relutância
em esquecer a antiga posição
de sempre "contestar",
voltar atrás
e mudar o futuro.
Tenho vergonha de mim
pois faço parte de um povo que não reconheço,
enveredando por caminhos
que não quero percorrer...
Tenho vergonha da minha impotência,
da minha falta de garra,
das minhas desilusões
e do meu cansaço.
Não tenho para onde ir
pois amo este meu chão,
vibro ao ouvir meu Hino
e jamais usei a minha Bandeira
para enxugar o meu suor
ou enrolar meu corpo
na pecaminosa manifestação de nacionalidade.
Ao lado da vergonha de mim,
tenho tanta pena de ti,
povo brasileiro!
"De tanto ver triunfar as nulidades,
de tanto ver prosperar a desonra,
de tanto ver crescer a injustiça,
de tanto ver agigantarem-se os poderes
nas mãos dos maus,
o homem chega a desanimar da virtude,
a rir-se da honra,
a ter vergonha de ser honesto".
Ruy Barbosa de Oliveira (1849 - 1923)
El sur también existe
pero aquí abajo abajo
con sus predicadores
pero aquí abajo
con su corno francés
pero aquí abajo abajo
Plegaria a un labrador
De donde viene
El viento, el sol y el agua.
Tú que manejas
El curso de los ríos,
Tú que sembraste
El vuelo de tu alma.
Levántate
Y mírate las manos,
Para crecer
Estréchala a tu hermano,
Juntos iremos
Unidos en la sangre,
Hoy es tiempo
Que puede ser mañana.
Líbranos de aquel que nos domina
En la miseria,
Tráenos tu reino de justicia
E igualdad.
Sopla como el viento
La flor de la quebrada,
Limpia como el fuego
El cañón de mi fusil.
Hágase por fin tu voluntad
Aquí en la tierra,
Danos tu fuerza y tu valor
Al combatir.
Sopla como el viento
La flor de la quebrada,
Limpia como el fuego
El cañón de mi fusil.
Levántate
Y mírate las manos,
Para crecer
Estréchala a tu hermano,
Juntos iremos
Unidos en la sangre,
A hora y en la hora
De nuestra muerte, amén.
Amén.
Amén.
Bandera Mapuche
En el mes de Marzo de 1991 la organización mapuche Aukin Wallmapu Ngulam (Consejo de Todas las Tierras), hizo un llamado a la nación mapuche para diseñar una bandera nacional. Se seleccionó la bandera de la nación Mapuche más otras cinco, que son las banderas que representan a los cinco diferentes territorios que constituyen la nación mapuche.
Colores y elementos representan lo siguiente:
La bandera más antigua de la nación Mapuche data de 1861. Originalmente fue diseñada por el Rey Orelie-Antoine I. Hasta hoy en día esta bandera figura en las actas oficiales de la República de Francia como el estandarte que formalmente representa al Reino de la Araucanía y la Patagonia:
Antigua bandera mapuche
Fuente: Centro de Documentación Mapuche
El Camino
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oír
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer...
En el camino aprendí
que estar solo no es soledad,
que cobardía no es paz
ni ser feliz, sonreír
y que peor que mentir
es silenciar la verdad.
En el camino aprendí
que puede un sueño de amor,
abrirse como una flor
y como esa flor morir,
pero en su breve existir,
fue todo aroma y color.
En el camino aprendí,
que ignorancia no es no saber,
ignorante es ese ser
cuya arrogancia más vil,
es de bruto presumir
y no querer aprender.
En el camino aprendí
que la humildad no es sumisión,
la humildad es ese don
que se suele confundir.
No es lo mismo ser servil
que ser un buen servidor.
En el camino aprendí,
que la ternura no es doblez,
ni vulgar la sencillez
ni lo solemne verdad,
vi al poderoso mortal
y a idiotas con altivez.
En el camino aprendí
que es mala la caridad
del ser humano que da
esperando recibir,
pues no hay defecto más ruin
que presumir de bondad.
En el camino aprendí,
que en cuestión de conocer,
de razonar y saber,
es importante, entendí,
mucho más que lo que vi
lo que me queda por ver...
Los amos
Cristino extendió una mano amarilla que le temblaba. Mucha gracia, don. Quisiera coger el camino ya, pero tengo calentura. Puede quedarse aquí esta noche, si quiere, y hasta hacerse una tisana de cabrita. Eso es bueno.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes.
-Ta bien, don Pío -dijo--; que Dio se lo pague. Bajó lentamente los escalones, mientras se cubría de nuevo la cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al último escalón se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los críos.
-Qué animao ta el becerrito comentó en voz baja, haia.
Se trataba de uno que él había curado días antes. Había tenido gusanos en el ombligo y ahora correteaba y saltaba alegremente.
Don Pío salió a la galería y también se detuvo a ver las reses. Don Pío era bajo, rechoncho, de ojos pequeños y rápidos. Cristino tenía tres años trabajando con él. Le pagaba un peso semanal por el ordeño, que se hacía de madrugada, las atenciones de la casa y el cuidado de los terneros. Le había salido trabajador y tranquilo aquel hombre, pero había enfermado y don Pío no quería mantener gente enferma en su casa.
Don Pío tendió la vista. A la distancia estaban los matorrales que cubrían el paso del arroyo, y sobre los matorrales, las nubes de mosquitos. Don Pío había mandado poner tela metálica en todas las puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tenía ni puertas ni ventanas; no tenía ni siquiera setos. Cristino se movió allá abajo, en el primer escalón, y don Pío quiso hacerle una última recomendación.
-Cuando llegue a su casa póngase en cura, Cristino.
-Ah, si, corno no, don. Mucha gracia -oyó responder.
El sol hervía en cada diminuta hoja de la sabana. Desde las lomas de Terrero hasta las de San Francisco, perdidas hacia el norte, todo fulgía bajo el sol. Al borde de los potreros, bien lejos, había dos vacas. Apenas se las distinguía, pero Cristino conocía una por una todas las reses.
-Vea, don -dijo- aquella pinta que se aguaita allá debe haber parío anoche o por la mañana, porque no le veo barriga.
Don Pío caminó arriba.
-Usté cree, Cristino? Yo no la veo bien.
-Arrímese pa aquel lao y la vera.
Cristino tenia frío y la cabeza empezaba a dolerle, pero siguió con la vista al animal.
-Dese una caminata y me la arrea, Cristino -oyódecir a don Pío).
-Yo fuera a buscarla, pero me toy sintiendo mal.
-¿La calentura?
-Unju, me ta subiendo.
-Eso no hace. Ya usté está acostumbrado, Cristino. Vaya y tráigamela.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados. Sentía que el frío iba dominándolo. Levantaba la frente. Todo aquel sol, el becerrito...
-¿Va a traérmela? -insistió la voz.
Con todo ese sol y las piernas temblándole, y los pies descalzos llenos de polvo.
-¿Va a buscármela, Cristino?
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba. Se apretaba más los brazos sobre el pecho. Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Resonaron pisadas arriba y Cristino pensó que don Pío iba a bajar. Eso asustó a Cristino.
-Ello sí, don- dijo- : voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino.
Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Cristino seguía temblando, pero comenzó a ponerse de pie.
-Si: ya voy, don -dijo.
-Cogió ahora por la vuelta del arroyo--explicó desde la galería don Pío.
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío le veía de espaldas. Una mujer sedeslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
-iQué día tan bonito, Pío! -comentó con voz cantarina.
El hombre no contestó. Señaló hacia Cristino, que se alejaba con paso torpe como si fuera tropezando.
-No quería ir a buscarme la vaca pinta, que parió anoche. Y ahorita mismo le dí medio peso para el camino.
Calló medio minuto y miró a la mujer, que parecía demandar una explicación.
Malagradecidos que son, Herminia -dijo-. De nada vale tratarlos bien. Ella asintió con la mirada.Te lo he dicho mil veces, Pío -comentó. Y ambos se quedaron mirando a Cristino, que ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana.
Aime Paine
Tierra
nos guía por un rumbo iluminado
y nos muestra el camino señalado
para la perfección definitiva.
Para su mundo de laurel y oliva,
para su pobre mundo ensangrentado
va, puro y redimido de pecado,
el triste corazón, a la deriva.
Ella nos amortaja con su veste.
Su oscuro reino de milagro y cieno
abarca Norte, Sur, Este y Oeste.
Nos da la clave de lo ultraterreno,
el signo impar, el número celeste
para que regresemos a su seno.
León Benarós (1915-?) en "El río de los años", 1964
Foto: amancay, flor típica de la Patagonia
De la guerra
El loncomeo
Del pueblo
El pueblo encarna la conciencia misma de los destinos futuros de una nación o de una raza. Aparece en los países que un ideal convierte en naciones y reside en la convergencia moral de los que sienten la patria más alta que las oligarquías y las sectas. El pueblo -antítesis de todos los partidos- no se cuenta por números. Está donde un solo hombre no se complica en el abellacamiento común; frente a las huestes domesticadas o fanáticas ese único hombre libre, él solo, es todo: Pueblo y Nación y Raza y Humanidad.
José Ingenieros (1877 - 1925) en "El Hombre Mediocre", 1911.
De tanto dir y venir...
De tanto dir y venir
abrí mi huella en el campo.
Para el que después anduvo
ya fue camino liviano.
En infinitos andares
fui la gramilla pisando.
Raspé mí poncho en los talas.
Me hirieron pinchos de cardo.
Las huellas no se hacen solas
ni con sólo el ir pisando.
Hay que rondar madrugadas
maduras en sueño y llanto.
Viento de injustas arenas
fueron mi huella tapando.
Lo que antes fue clara senda
se enyenó de espina y barro.
Parece que no hubo nada
si se mira sin mirarlo.
Todo es malezal confuso,
pero mi huella está abajo.
Desparejo es el camino.
Hoy ando senderos ásperos.
Piso la espina que hiere,
pero mi huella está abajo,
Tal vez un día la limpien
los que sueñan caminando.
Yo les daré, desde lejos
mi corazón de regalo.
Atahualpa Yupanqui (1908 - 1992)
El desterrado
Jorge Carrasco (1964 - )
Desde la Patagonia
Cantar arisco del canto de mi gente
De los alud de la fuerza incontenible
Y de los ríos el grito del torrente
De los volcanes altivos de mi tierra
Traigo en mi sangre la lava incandescente
Soy el mensaje distinto que alza el vuelo
Por el paisaje increíble de la nieve
Con la presencia mañanera de la bruma
Y el idioma musical de las vertientes
Y el caudal misterioso de los vientos
que nos diera este acento diferente.
Vengo del oro, la plata y el uranio
Soy de la misma raíz cordillerana
Soy el salvaje rugido de los pumas
Y la pureza silvestre de la aljaba
Soy leyenda guardadora de secretos
Y el secreto vegetal de la araucaria
Vengo a ser como el canto postergado
De mi raza que se alza firmemente
Y que viene del cerro hacia los llanos
Por el cauce natural de las corrientes
Como el agua también vuelvo si quiero
Con mi canto de siempre y para siempre
Yo vengo de aquella geografía
Cuya lumbre es la misma Cruz del Sur
Salpicada de lagos y poesías
Llena de aves, de peces y de sol
Con desierto, con bosques y pedreros
Y repleta de vida, fe y amor
Y vengo a que otra gente nos conozca
Así como nosotros conocemos
El canto del resto de la patria
Sus costumbres, sus ritos y sus sueños
Y por eso enarbolo la guitarra
De este canto argentino y bien sureño.
Marcelo Berbel (1925 – 2003)
Invasión o "descubrimiento"?
"Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir
unos hombres que no tuvieron otro delito
que haber nacido en unas tierras
que la naturaleza enriqueció con opulencia y que
prefieren dejar sus pueblos
que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas."
Mariano Moreno (1777 - 1811) en "Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios", 1802.
La llave que nadie ha perdido
Y en el bosque los árboles se acarician
con sus raíces azules y agitan sus ramas
el aire, saludando con pájaros el Rastro del Avestruz
La poesía es el hondo susurro de los asesinados
el rumor de hojas en el otoño, la tristeza
por el muchacho que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía, es un gesto, un sueño, el paisaje
tus ojos y mis ojos muchacha, oídos corazón
la misma música. Y no digo más, porque
nadie encontrará la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis Antepasados
el día de invierno que arde y apaga
esta melancolía tan personal.
Elicura Chihuailaf Nahuelpán (1952 - )
Hombre
Para no olvidar
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
Artículo 12
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Artículo 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
Artículo 16
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Artículo 17
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
Artículo 21
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Artículo 26
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Artículo 27
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
Asamblea de la Naciones Unidas, 10 de Diciembre 1948.
Vengo del Sur
Meter la luz entre las alimañas
Recorrer la impudicia con un rayo
Tocar las cicatrices inhumanas
Americano soy de padre y madre
Nací de las cenizas araucanas
Pues cuando el invasor buscaba el oro
Fuego y dolor le adelantó mi patria
Acaricio el recuerdo de los héroes
Riego las subterráneas esperanzas
Porque, de qué serviría el canto
El don de la belleza y de la palabra
Si no sirvieran para que mi pueblo
Conmigo combatiera, conmigo caminara?
Yo represento tribus que cayeron
Defendiendo banderas bienamadas
Y no quedó sino silencio y lluvia
Después del esplendor de sus batallas
Pero yo continúo sus acciones
Y por toda la tierra americana
Sacudo los dolores de mis pueblos
Incito la raíz de sus espadas
Pablo Neruda (1904-1973)
Poesía Vertical I
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que solo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.
Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.
Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.
Roberto Juarroz (1925-1995)